Aldecoa y La graciosa

Recordando parte de una historia…


En algunas ocasiones los pueblos tienen el privilegio de acoger entre sus habitantes a huéspedes ilustres, cuya estancia se convierte en motivo de orgullo para aquellos.

Las gentes de Caleta de Sebo, en la isla La Graciosa, tuvieron la suerte de contar entre sus habitantes, al menos durante seis meses del año 1967, a un gran escritor que vivió entre ellos como uno más: Ignacio Aldecoa.

Durante el tiempo que allí estuvo, el escritor pudo disfrutar de los paisajes “de postal” que la maravillosa isla aún hoy ofrece, así como compartir con los vecinos el duro quehacer diario de aquella “isla de trabajo”, como el propio Aldecoa la definió.

“Parte de una historia” es considerada obra maestra por los críticos literarios y se desarrolla en la Graciosa, isla en la que Ignacio descubrió “su paraíso”, según palabras textuales de su viuda, la también escritora Josefina Aldecoa quien, según confiesa, nunca después de la muerte de Ignacio se ha atrevido a cruzar el río que separa la isla de Lanzarote de La Graciosa.

La casa donde se alojó el escritor y que forma parte del escenario de la novela sigue todavía en pie. Es una casa que según explica el nieto de “Roque”, uno de los protagonistas de la novela, se utilizaba como hotel rural ya desde aquella época en que Aldecoa recaló por la isla. La casa consta de varias habitaciones que se desarrollan alrededor de un patio. Sus muros encalados contrastan con el color verde de las puertas y ventanas. La puerta principal linda directamente con la arena de La Caleta, playa y puerto principal de la isla.

No deben los pueblos olvidar la memoria de quienes pasaron por ellos y los enriquecieron culturalmente, dejando la impronta de una novela que plasma de forma tan real la vida de aquellas gentes. Eso es “Parte de una historia”.